5>>LA TRAMPA SINIESTRA esta Planificada








El fumar es la trampa más sutil y más siniestra que existe en la naturaleza. El hombre solo no podría concebir una trampa tan diabólica. ¿Qué es lo que nos hace caer en ella en un principio? Los miles de adultos que ya fuman. Nos advierten, incluso, que es un hábito sucio y repulsivo que acabará destruyéndonos y nos robará dinero durante todas nuestras vidas, pero no podemos creer que no se lo pasan bien fumando. Uno de los aspectos más patéticos del hábito de fumar es la cantidad de esfuerzo que necesitamos hacer para conseguir engancharnos.






Es la única trampa en toda la naturaleza que no tiene ningún cebo, ningún trozo de queso. Lo que hace saltar la trampa no es que los cigarrillos sepan tan maravillosamente, sino el hecho de que saben horribles. Si ese primer cigarrillo supiera muy bien, empezarían a sonar alarmas, y como seres humanos razonables, comprenderíamos por qué la mitad de la población adulta está pagando un dineral para poder envenenarse. Pero como ese primer cigarrillo sabe tan mal, nuestras jóvenes mentes quedan aseguradas que nunca nos engancharemos, y creemos que como no disfrutamos de los cigarrillos, podremos dejarlos cuando nos apetezca.


Es la única droga de toda la naturaleza que nunca te permite conseguir lo que te propones. Los chicos suelen empezar porque quieren parecer “duros” —la imagen de Humphrey Bogart/Clint Eastwood— pero lo último que te sientes cuando fumas el primer cigarrillo es “duro”. No te atreves a tragar el humo; si te fumas demasiados, te mareas primero, y luego devuelves. Lo único que quieres hacer es alejarte de los demás chicos y tirar esas asquerosidades.




Con las mujeres, es el deseo de parecer una chica sofisticada. Todos las hemos visto, tomando pequeñas caladitas, con un aire totalmente ridículo. Cuando los chicos por fin han aprendido a parecer “duros” y las chicas “sofisticadas”, ya preferirían no haber empezado nunca.
Luego nos pasamos la vida intentando entender por qué lo hacemos, diciéndoles a nuestros hijos que no se dejen atrapar, y, de vez en cuando, intentando salir nosotros mismos de la trampa.




La trampa está diseñada de tal forma que sólo intentamos salir de ella cuando nuestra vida está en un momento de estrés, sea porque estamos mal de salud, nos falta dinero, o porque la gente nos rechaza como si fuéramos leprosos.
En cuanto lo dejamos, ya tenemos más estrés todavía, con el tan temido síndrome de abstinencia al retirarse la nicotina, y lo único que tenemos para aliviar el estrés, nuestro viejo amigo el tabaco nos está prohibido.


Al cabo de unos cuantos días de tortura decidimos que hemos elegido un mal momento, que debemos esperar hasta que haya un día sin estrés; y en cuanto llega ese día, desaparece la motivación que nos empujaba a dejarlo. El momento ideal, sin estrés, no puede llegar nunca, primero porque nuestras vidas se van llenando paulatinamente de más y más estrés. En cuanto dejamos el hogar de nuestros padres, empieza el proceso normal de montar una casa, pedir créditos, tener hijos, más responsabilidad en el trabajo... y el estrés aumenta automáticamente para el fumador porque el tabaco no le relaja ni disminuye los efectos del estrés; la verdad es que aumenta estos efectos y también el nerviosismo.


Incluso los fumadores que rompen con el hábito (la mayoría de ellos lo consigue, una o más veces a lo largo de su vida) pueden vivir perfectamente felices y luego volverse a enganchar.
Todo lo relacionado con el fumar es como un laberinto. En el momento en que entramos en el laberinto se nos nubla la mente, y pasamos el resto de la vida intentando escapar. La mayoría al final lo conseguimos, para volver a quedar atrapados más tarde.


Yo estuve 25 años intentando escapar del laberinto. Al igual que los demás fumadores, yo tampoco lo entendía. Sin embargo, debido a una serie de circunstancias anormales que no implican ningún mérito por mi parte, yo no me quedé satisfecho, como se queda la mayoría de los ex-fumadores, con haberlo dejado y vivir una vida más sana y con más dinero. Yo quise saber por qué durante tanto tiempo había sido tan endemoniadamente difícil quitármelo, y por qué cuando al final lo hice, me resultó no sólo fácil, sino también agradable.


Desde que dejé de fumar el hobby de mi vida, y últimamente mi profesión, ha sido buscar las respuestas a las muchas cuestiones espinosas relacionadas con el fumar. Es un rompecabezas complicado y fascinante, y como el famoso cubo rúbico, casi imposible de resolver. Sin embargo, es fácil cuando ya sabes la solución para que resulte fácil dejar de fumar. 


Yo te sacaré del laberinto y me preocupare de que nunca vuelvas a entrar en él. 
Lo único que tienes que hacer es seguir las instrucciones. 
Si te equivocas de camino,  el resto de las instrucciones será inútil.


Sandro, el astro argentino entrega un mensaje





Quisiera dejar claro que cualquier persona puede dejar de fumar con facilidad pero primero tenemos que quitar algunos de los conceptos falsos relacionados con los hechos. No me refiero a los hechos aterrorizantes relacionados con la salud, ya sé que eres consciente de ellos. Ya hay suficientes libros que tratan de los males y los peligros asociados con el fumar.


 Si eso fuera suficiente, ya lo habrías dejado.
 ¿Por qué nos resulta tan difícil dejarlo? 
Para contestar esta pregunta tenemos que saber cuál es la verdadera razón que nos obliga a fumar. continue en este BLOG.





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