Esta es la peor falsedad de
todas las relacionadas con el tabaco,
y para mí está al mismo nivel que la esclavitud que produce fumar.
El mayor beneficio que recibes cuando dejas de fumar es el no tener que vivir con esa sensación de inseguridad permanente que padecen los fumadores.

Me di cuenta de muchas de las ventajas de no fumar al cabo de varios meses de haberlo dejado, tras muchas conversaciones con otros fumadores.
Durante 25 años me negué a hacerme un chequeo médico. Si necesitaba un seguro de vida, insistía en que no debía haber un certificado médico, y pagaba primas más altas en consecuencia.
Odiaba todo lo relacionado con los hospitales, los médicos y los dentistas. Huía de la necesidad de pensar que antes o después envejecería y que tendría que pensar en el retiro, la pensión y cosas así. Eran cosas que me daban miedo, y no estaba dispuesto a enfrentarme con ellas.
Nunca relacionaba estas cosas con mi hábito de fumar,
pero desde que lo dejé ha sido como
despertarme de una pesadilla.

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