2>>PEOR ADICTO NICOTINA




EL PEOR ADICTO A LA NICOTINA QUE JAMÁS HE CONOCIDO



Tal vez debería empezar por explicar por qué me considero competente para escribir este Blog. No soy ni médico ni psiquiatra; mis títulos son mucho más efectivos. Fui durante 25 años de mi vida un fumador confirmado. Durante los últimos años fumaba 100 cigarrillos diarios en los días malos, y nunca menos de 60.






Durante mi vida había intentado dejarlo docenas de veces. Una vez lo dejé durante seis meses, y después de ese tiempo me encontraba todavía intentando escalar el muro: me colocaba cerca de los fumadores para obtener un soplillo de su humo; todavía viajaba en los compartimentos para fumadores en los trenes.





En cuanto a la salud, con la mayoría de los fumadores es una cuestión de lo dejaré antes de que me ocurra Algo. Yo había llegado al momento en que sabía que me estaba matando. Tenía un dolor de cabeza permanente, producido por la presión de las toses continuas. Sentía como palpitaba la vena que baja por el centro de la frente, y sinceramente creía que en cualquier momento habría una explosión en mi cabeza y que me moriría de una hemorragia cerebral. Me preocupaba aquello, pero no me hacía dejarlo.


Había llegado a una etapa en la que había dejado hasta de intentar dejarlo. No era que me gustase fumar. La mayoría de los fumadores ha estado alguna vez bajo la ilusión de que disfrutan de un cigarrillo de vez en cuando, pero yo nunca he tenido esa ilusión. Siempre he odiado el sabor y el olor, pero creía que los cigarrillos me ayudaban a relajarme. Me daban valor y confianza, y me sentía siempre tan deprimido cuando intentaba dejarlo, que no me imaginaba cómo podría haber una vida agradable sin cigarrillos.


Al final mi mujer me envió a un hipnoterapeuta. Debo confesar que estaba completamente escéptico, que en aquellos tiempos no sabía nada acerca de la hipnosis, y que me imaginaba unos tipos con aire de Svengali, con ojos penetrantes, agitando péndulos. Tenía todas las ilusiones que afectan a los fumadores, con una excepción: sabía que yo no era una persona de poca voluntad. Yo dominaba en todos los demás aspectos de mi vida, pero los cigarrillos me dominaban a mí. Yo creía que la hipnosis implicaba cambios en la voluntad, y aunque no obstaculizaba el proceso (como la mayoría de los fumadores, estaba deseando dejarlo), pensaba que nadie me iba a convencer de que no necesitaba fumar.






La sesión entera me pareció una pérdida de tiempo. El hipnoterapeuta intentaba hacer que levantara los brazos, y otros movimientos. Nada parecía funcionar bien: no perdí el conocimiento, no entré en trance (o al menos creo que no), pero después de esa sesión no sólo dejé de fumar, sino que realmente disfruté del proceso, aún durante el periodo de retirada de la droga.




















Durante aquellos años horrorosos como fumador, creía que mi vida dependía de aquellos cigarrillos, y estaba dispuesto a morir antes de estar sin ellos. Hoy la gente me Pregunta si siento algún deseo de fumar. La respuesta es “nunca, nunca, nunca”; más bien lo contrario. He tenido una vida maravillosa. Si hubiera muerto por fumar, no podía haberme quejado. He tenido mucha suerte en la vida, pero lo más maravilloso de toda ella ha sido el ser liberado de esa pesadilla, esa esclavitud de tener que estar destruyendo sistemáticamente tu cuerpo, y de tener que pagar un dineral por el privilegio.








Quisiera dejar claro desde el principio que no soy una figura mística. No creo en los magos ni en las hadas. Tengo una mente científica, y no entendía lo que a primera vista parecía cosa de magia. Empecé a leer sobre la hipnosis y sobre el fumar. Nada de lo que leí parecía explicar el milagro que había ocurrido; ¿por qué había sido tan absurdamente fácil dejarlo, cuando en ocasiones anteriores había supuesto semanas enteras de la más negra depresión?



Tardé mucho tiempo en explicármelo, fundamentalmente porque estaba mirando la cuestión al revés. Estaba intentando explicarme por qué había sido tan fácil dejarlo, cuando el verdadero problema es intentar explicar por qué los fumadores lo suelen encontrar tan difícil. Los fumadores hablan del terrible síndrome de abstinencia, pero cuando yo echaba la mirada hacia atrás, vi que para mí no había existido tal síndrome. No hubo ningún dolor físico, estaba todo en la mente.







Ahora me dedico profesionalmente a ayudar a otros que quieren quitarse el hábito. Obtengo una cifra de éxitos superior al ochenta por ciento. He ayudado a curar a miles de fumadores, y quisiera dejar claro desde el principio que el “fumador empedernido” no existe. Todavía no he conocido a nadie que estuviera tan fuertemente enganchado, o mejor dicho, que se creyera tan fuertemente enganchado como lo estuve yo. Cualquier persona puede no sólo dejar de fumar, sino también encontrarlo fácil. En el fondo es el miedo lo que nos mantiene fumando. El miedo a no poder nunca más disfrutar de la vida sin los cigarrillos, y el miedo a sentirse Privado de algo. Nada más lejos de la verdad. La vida no sólo es igual de agradable sin tabaco, en muchos sentidos lo es más, y los pluses de salud, energía y dinero ahorrado es lo de menos.

Todos los fumadores pueden dejar de fumar con facilidad, ¡incluso tú! Lo único que tienes que hacer es leer el resto de este Blog con la mente abierta. Cuánto más lo comprendas, más fácil te parecerá. Y aunque no comprendas ni una palabra, si sigues las instrucciones, lo encontrarás fácil. Lo más importante es que no andes por la vida angustiándote por los cigarrillos o sintiéndote privado de algo. En realidad, el único misterio será el por qué fumaste durante tanto tiempo.




Una advertencia. 
Con este método sólo puedes fracasar por dos motivos:
     

 1) NO SEGUIR LAS INSTRUCCIONES: El que yo sea tan dogmático en algunas de mis recomendaciones molesta a algunas personas. Por ejemplo, te diré que no intentes reducir el consumo, y que no uses los sustitutos como los caramelos, los chicles, etc. (en especial ningún producto que contenga nicotina). Soy tan dogmático porque sé lo que digo. No niego que haya muchas personas que hayan dejado de fumar utilizando trucos de este tipo, pero habrán podido hacerlo a pesar de ellos, no debido a ellos. Hay gente que sabe hacer el amor de pie en una hamaca, pero no es la forma más fácil. Todo lo que yo te diga tiene su razón de ser, para hacértelo más fácil y asegurar el éxito.

2) NO COMPRENDER: No te creas nada sin cuestionarlo. Cuestiona no sólo lo que yo te diga, sino también tus propias opiniones y todo lo que la sociedad te ha enseñado acerca del fumar. Por ejemplo, los que creen que es simplemente un hábito, deben preguntarse si realmente lo es. Pregúntate por qué hay otros hábitos fáciles de romper, algunos de ellos agradables. ¿Por qué, entonces, es tan difícil romper un hábito que sabe fatal, nos cuesta un dineral, y nos mata?







Los que piensan que disfrutan de los cigarrillos deben preguntarse por qué hay otras cosas en la vida, mucho más agradables de las que uno puede prescindir sin trauma. ¿Por qué, con los cigarrillos, tienes que tenerlos, y si no los tienes entras en un estado de pánico?






Este Testimonio es solo Referencia




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